El arte de estructurar el caos
ÁNGELA MOLINA 02/10/2010
Los comisarios de exposiciones son una especie de narradores capaces de organizar un «relato» a partir de las obras que seleccionan. Dos libros recientes rastrean la historia y actualidad de este quehacer, entre lo creativo y el oportunismo
El artista más influyente del siglo XX -y también el primer curador avant la lettre- solía decir que existen dos clases de artistas, los que tienen tratos con la sociedad y los absolutamente independientes. Como artista de la segunda categoría, Marcel Duchamp agregaba: «Para mí, el peligro está en caer en gracia al público inmediato, a ese público primero que te arropa, te acepta y te da el éxito. Yo preferiría esperar al público que vendrá dentro de cincuenta años, o de cien años, después de muerto». Por entonces -corría el año 1953- Duchamp había montado la primera exposición internacional sobre dadaísmo en la Janis Gallery, un espacio que se había convertido en el escaparate principal de la Escuela de Nueva York. Diseñó el catálogo, que era de por sí dadá puro: una publicación de gran formato en papel de seda con textos en diversas tipografías de Arp, Lévesque y Tzara dispuestos en estrechas columnas que cruzaban la página en diagonal. Cuando las hojas llegaron a la galería, cogió una, la estrujó como una bola y pidió que se mandara así a los invitados. El día de la inauguración había una papelera de mimbre junto a la entrada de la galería llena de catálogos arrugados. Seguir leyendo